No faltan en nuestros telediarios, como una rutina machacona, noticias sobre nuestras fronteras. Parecen cifras, parecen números. Y sin embargo, son personas, con toda una historia cargada a sus espaldas. Son miles de personas las que se agolpan, huyendo de situaciones violentas, injustas, infrahumanas, en busca de unas condiciones de vida dignas y justas. En busca de refugio.


En nuestra vida cotidiana seguramente también tengamos cerca realidades, situaciones, personas en busca de cierto refugio. Quizás nosotros mismos hayamos pasado alguna vez por alguna situación semejante de sentirnos desamparados, impotentes, desesperanzados... en busca de un refugio, seguridad, esperanza, certezas, valentía...

Proponemos orar con el ser y sentirse refugiado. Desde mi propia realidad, con mi vida, mi historia, mi forma de ser concreta. Contemplar esta situación, quizás como refugiado que busca refugio, quizás como quien recibe u ofrece refugio a quien lo necesita. Con la certeza de la misericordia de un Dios siempre dispuesto a dar refugio (Sal. 62).


REFUGIO 
Álvaro Fraile | De lluvia y de sol

Hasta aquí hemos llegado.
Dame la mano, es un paraíso,
descálzate, estás cansado…
Mira parece que hay un sitio.

Y ya has andado suficiente,
deja que ahora empuje el aire.
Rompe con todo, sé valiente,
ven cerca que pueda abrazarte.

Que yo estaré contigo siempre,
yo estaré contigo siempre…

No tengas miedo, duele el alma,
pero vendrá un tiempo nuevo,
otra bandera, otra esperanza,
tan sólo hay que encontrar el hueco.

Y que se cuele tu mirada
en los que pintan todo negro.
Tú eres la voz de los que no hablan
porque alguien los cubrió de miedo.

Y yo estaré contigo siempre,
que yo iré contigo siempre…
Mi palabra será tu refugio,
no eches de menos tu casa:
Ve con lo puesto, ve desnudo,
tuyo es el aire y el agua.

Aquí refugio, aquí sobra sitio.
abrigo, calor y silencio.
No pasaremos nunca más frío,
no pasaremos más miedo…

Y yo estaré contigo siempre
¡juro que estaré contigo siempre!