En este momento de encuentro contigo, pongo ante Ti esa hospitalidad que intento construir en mi vida. Una hospitalidad que es acogida, acompañamiento y servicio.

Junto a Ti quiero volver a experimentar ese saberme acogido con todo lo que soy y lo que tengo. Hospitalidad es preparar el corazón para poder acoger a mi hermano con esa misma libertad con la que tú lo haces.



”Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él." (Lc. 10, 33-34).