Traigo hoy una breve pero muy certera reflexión de Jesús García Gañán, seminarista de la Diócesis de Valladolid y amigo del TdeO, que me envió estas sencillas líneas. Se pueden aplicar a cualquier ocasión en que nos acerquemos a la Palabra de Dios, pero también para acoger "al que está por venir", a Jesús en la Navidad. Porque Dios se hizo palabra... aunque los suyos no la acogieron (Jn1). Ojalá que esto no nos pase también a nosotros y sepamos acoger a Jesús, delicadeza, pobreza y palabra de Dios para nuestro mundo do hoy:

1.- Disponerse: busca un espacio y el tiempo que más te ayuden al recogimiento y el silencio interior. Comienza orando y pidiendo al Espíritu Santo que te haga sentir el amor de Dios. Reconoce tus limitaciones y pide ayuda a María para encontrar a Jesús en las palabras del texto.

2.- Leer: lee muy despacio y varias veces. Alguna vez, hazlo en voz alta, con calma y sin prisas. Usa las ayudas de tu Biblia para comprender mejor: notas, introducciones, vocabulario... Cíñete a lo que dicen las palabras. Déjate de inventos y fantasías. Lee buscando a Jesús.

3.- Escuchar: para dejar hablar a Dios haz silencio interior, así las palabras calan y suenan por dentro. Pregunta a las palabras qué mensaje traen a lo que pasa en tu vida y en tu corazón. Para escuchar hay que abrirse a obedecer a Dios sin creer que uno ya se lo sabe todo.

4.- Orar: no se trata de grandes reflexiones y propósitos, sino de expresar tus sentimientos. Busca dialogar con Dios, contarle tus cosas y responder con confianza a su Palabra. Ábrele tu corazón, comparte lo que te sucede, deja en sus manos tus penas y alegrías.

5.- Vivir: el Espíritu hace a Jesús en tu vida a su tiempo y a su forma, no a la tuya. Déjale hacer. Cuando en tu corazón sucede el amor de Dios, en tu vida pasan cosas y se te nota a Jesús. Lo que más estorba a la acción de la Palabra es creer que es solamente nuestra acción.