Al igual que a Pedro, también Jesús hoy me lanza esta invitación: “ven conmigo, te haré pescador de hombres”. Me invita a dejar atrás mis redes: mis miedos, mis bloqueos, lo que no me permite crecer, lo que me impide salir de mí mismo, lo que me aleja de Jesús… Y a la vez, deja que sea yo quien tome la iniciativa, me deja la libertad de seguirle. Es cosa mía dejar mis redes atrás.

En esta oración nos ayudaremos de la figura de Pedro, alguien muy humano, capaz de negar a Jesús, pero también capaz de pastorear a los apóstoles y a la iglesia primitiva con su ejemplo y su corazón.


Mientras caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos --Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano-- que estaban echando una red al lago, pues eran pescadores.  Les dijo: ---Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres. De inmediato dejando las redes le siguieron. (Mt. 4, 18-20).