A medida que nos vamos acercando a la Navidad, queremos proponerte que dediques un tiempo estos días a contemplar el nacimiento de Jesús. Que te acerques a Belén a contemplar a Dios encarnado y a aquellos que le acompañan junto al pesebre.

Belén es una nueva y desconcertante revelación de Dios. Una revelación escandalosa. Algo que no es nada de lo que normalmente decimos de Dios: es un niño que no sabe nada, que no puede nada, que lo necesita todo...

Belén es también una revelación del hombre. En aquel niño pone Dios su tienda de campaña. Y el hombre comienza a ser grande, independientemente de las cualidades que tenga... y de su condición social. A partir de la Encarnación, si hay alguna preferencia, será por los que menos significan socialmente...

El ángel les dijo: -No temáis. Mirad, os doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor. Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. (Lc 2, 10-12)

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